"Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos, donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."





La loca.


“Mira qué lindo Carlos ahora que se prenden las calles como guirnaldas de luces. ¿En Cuba hacen árbol de Pascua? Entonces Carlos alzó la vista y pudo ver a la distancia la isla enjoyada de La Habana derritiéndose en un espeso lagrimón. ¿Te irías conmigo a Cuba?, la vos de Carlos pareció retumbar en su cabeza de cascabel. Y ella giró la cara y lo miró desgarrada por la pregunta. El silencio que esperaba la respuesta fue tan grande, que no necesitaron tocarse para sentir el minuto de la noche abrazándolos en esa ilusoria eternidad. Toda la vida te voy a agradecer esa pregunta. Es como si me estuvieras pidiendo la mano. Ella rió al decir esto, y enseguida agregó con demacrada seriedad: No juegues conmigo niño, mira que me lo puedo tomar muy enserio. Es muy serio, yo parto mañana y todavía puedo conseguirte un pasaje. Tu generosidad me conmueve amor, y quisiera ver el mundo con esa inocencia tuya que me estira los brazos.”

(Pedro Lemebel)

no te has dado cuenta (creo que jamás te darás cuenta)

no te has dado cuenta
(creo que jamás te darás cuenta)

sé que has preferido quedarte horas y horas mirando cualquier cosa
mirando a la gente mirándote los ojos

sé que has preferido quedarte sentada
mientras en el fondo te mueres porque alguien llegue
y te tome de pronto te haga el amor
te haga el olvido o no te haga nada
te mueres esperando y ahí está la esquina de siempre
el bar de siempre
porque como sea
te mueres y no te das cuenta
que algo tuyo se está perdiendo en la calle sin nombre

sé que has preferido no sumarte a las protestas
no llorar no cantar
porque mientras alguien silba y patea una piedra
tus manos buscan un cigarro o un boliche para comprar otro futuro

sé que has permanecido horas esperándolo
y como siempre
el no viene
y como siempre
te quedas sola cuando la noche se te viene encima

Todos ven lo que aparentas, pero pocos lo que realmente eres.


La nostalgia y el anhelo se han vuelto el lugar de todos,
mi lugar tu lugar, el lugar de él (de muchos).
Me doy algunas vueltas vacilante, con incertidumbre pensando en la palabra muerta, en el auto vacío, en la sonrisa rota, en la playa incesante de huellas que se borran una tras otra, incesante de mí, de ti; de ella, de todos.
Te toco el cuello, te roso con mi nariz, te huelo, te siento,
te puteo, me miras, te vas y yo como si nada te miro, como si no fueras nadie,
como si no pasaras por mi cuello también, como si no me hubieses enseñado a ceder...
Me arrepiento, me muerdo la lengua una y mil veces, me auto flagelo, y ahora te apareces como una visión, me tomas la mano, echamos a caminar. Nos reímos y prometemos nunca llegar allá, nunca salir de toda esta mierda, gracias una vez más por traerme aquí.

Siempre que hago algo



"Tu ayer me dijiste que sintonizamos, en la misma señal nos complementamos..."

No te cuesta Nada...

Mirarme a la cara y decir la verdad,
Prefieres soñar con la felicidad,
Admite que quieres de lejos mirar,
Y ver desde el frente la felicidad,
No te cuesta nada, No te cuesta NADA.

ES OLVIDO

Bien largo pero me Encanta:


Juro que no recuerdo ni su nombre,
Mas moriré llamándola María,
No por simple capricho de poeta:
Por su aspecto de plaza de provincia.
¡Tiempos aquellos!, yo un espantapájaros,
Ella una joven pálida y sombría.
Al volver una tarde del Liceo
Supe de la su muerte inmerecida,
Nueva que me causó tal desengaño
Que derramé una lágrima al oírla.
Una lágrima, sí, ¡quién lo creyera!
Y eso que soy persona de energía.
Si he de conceder crédito a lo dicho
Por la gente que trajo la noticia
Debo creer, sin vacilar un punto,
Que murió con mi nombre en las pupilas.
Hecho que me sorprende, porque nunca
Fue para mí otra cosa que una amiga.
Nunca tuve con ella más que simples
Relaciones de estricta cortesía,
Nada más que palabras y palabras
Y una que otra mención de golondrinas.
La conocí en mi pueblo (de mi pueblo
Sólo queda un puñado de cenizas),
Pero jamás vi en ella otro destino
Que el de una joven triste y pensativa
Tanto fue así que hasta llegué a tratarla
Con el celeste nombre de María,
Circunstancia que prueba claramente
La exactitud central de mi doctrina.
Puede ser que una vez la haya besado,
¡Quién es el que no besa a sus amigas!
Pero tened presente que lo hice
Sin darme cuenta bien de lo que hacía.
No negaré, eso sí, que me gustaba
Su inmaterial y vaga compañía
Que era como el espíritu sereno
Que a las flores domésticas anima.
Yo no puedo ocultar de ningún modo
La importancia que tuvo su sonrisa
Ni desvirtuar el favorable influjo
Que hasta en las mismas piedras ejercía.
Agreguemos, aún, que de la noche
Fueron sus ojos fuente fidedigna.
Mas, a pesar de todo, es necesario
Que comprendan que yo no la quería
Sino con ese vago sentimiento
Con que a un pariente enfermo se designa.
Sin embargo sucede, sin embargo,
Lo que a esta fecha aún me maravilla,
Ese inaudito y singular ejemplo
De morir con mi nombre en las pupilas,
Ella, múltiple rosa inmaculada,
Ella que era una lámpara legítima.
Tiene razón, mucha razón, la gente
Que se pasa quejando noche y día
De que el mundo traidor en que vivimos
Vale menos que rueda detenida:
Mucho más honorable es una tumba,
Vale más una hoja enmohecida.
Nada es verdad, aquí nada perdura,
Ni el color del cristal con que se mira.

Hoy es un día azul de primavera,
Creo que moriré de poesía,
De esa famosa joven melancólica
No recuerdo ni el nombre que tenía.
Sólo sé que pasó por este mundo
Como una paloma fugitiva:
La olvidé sin quererlo, lentamente,
Como todas las cosas de la vida.


(Gracias N. P. eres un genio)